La palabra "discriminar" viene de el latín -Discriminatio- y en su primera acepción alude a seleccionar algo o a alguien excluyendo a los demás.
Por ejemplo, imagina que tienes un cajón lleno de ropa, y se te pide que discrimines los calcetines del resto de la ropa. Se trata entonces de buscar los calcetines y saber indentificarlos.
No obstante, aquí nos interesa la segunda acepción de esta palabra. Discriminar consiste en dar trato a la inferioridad a una persona, ya sea por diferentes motivos, como por ejemplo: motivos raciales, religiosos, políticos o económicos.
El que daremos a conocer será, el tema acerca de la discriminación religiosa.
Generalmente, al hablar de discriminación nos referimos a la discriminación en sentido negativo, pues se está tratando indebidamente a una persona por causas injustificadas.
Ahora cuando hablamos de discriminación religiosa nos referimos a un grupo de personas que recibe un trato desfavorable por no practicar la creencia religiosa mayoritaria de la sociedad o de un grupo de personas con los cuales conviva seguido, o con la propia familia.
Esta discriminación puede manifestarse en la limitación al acceso a la enseñanza, servicios de salud, o a cargos públicos e incluso a los miembros de las comunidades religiosas pueden ser encarceladas o asesinados debido a su afiliación o sus creencias religiosas.
Las naciones unidas a lo largo de su historia ha luchado por defender la libertad de creencia como un derecho humano, dejando plasmada la prohibición de la discriminación por motivos religiosos en todos sus instrumentos básicos internacionales.
Por: Misael García Guzmán
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